Descubre los mejores trucos de belleza para la piel sensible. Te enseñamos cómo cuidarla para que tenga un aspecto radiante.
¿Cómo saber si tienes la piel sensible?
Índice de contenidos
Tu piel está tirante, con picores y rojeces, descamada… La piel sensible es más frágil y reactiva cuando pasamos más tiempo al aire libre. El 60% de las mujeres tienen la piel sensible. Si perteneces a este grupo o si notas que cuando empieza el calor tu piel está más incómoda de lo habitual, no esperes a que los síntomas empeoren. Toma medidas ya mismo y utiliza cremas específicas que la protejan.
Test para saber si tu piel es sensible
Si reconoces 3 o más características, tu piel es sensible.
* La piel es fina y tiene irregularidades (granitos, venas dilatadas…)
* No tolera bien el sol ni los tratamientos agresivos (peelings químicos, láser)
* La contaminación, el tabaco y el clima adverso (frío, viento) la piel enrojece y está tirante.
* El estrés, el alcohol, el café o los picantes la empeoran
* Cuando usas una crema nueva, la piel está incómoda
Trátala con (máxima) delicadeza
Olvídate de gestos tan habituales como apretar los granitos, frotar con fuerza con el guante de crin y exfoliarte con cremas con microgránulos. La piel sensible necesita mucha suavidad, productos ligeros y gestos delicados.
¿Qué trucos de belleza son los que más convienen a las pieles sensibles?
– las leches limpiadoras sin aclarado (el agua del grifo contienen sales de calcio y magnesio que resecan e irritan la epidermis)
– los tónicos sin alcohol y el agua termal, que calma y desensibiliza la piel
– las cremas (hidratante, contorno de ojos, antiarrugas) de textura fluida que no sean oclusivas
– los masajes suaves y lentos que relajan las terminaciones nerviosas
Los cambios bruscos de temperatura calor-frío-calor te perjudican. Dilatan y contraen los capilares, los debilitan y ocasionan tirantez y rojeces permanentes. Si quieres que tu piel se mantenga confortable en verano, mantenla alejada de las temperaturas extremas. En otras palabras, nada de largas sesiones al sol seguidas de un baño con agua fría, ni de continuas entradas y salidas a locales con aire acondicionado, etc
Durante la exposición al sol
La piel sensible necesita cuidados especiales para hacer frente al calor, el viento y la sequedad.
– Aplica un sérum con antioxidantes como VM Premium Cells Serum antes de la crema solar. Los antioxidantes como el resveratrol bloquean los radicales libres y refuerzan las defensas de la piel para que resista mejor los rayos UV.
– Aplica el sérum en la cara, el cuello y el escote, espera unos segundos hasta que se absorba por completo y después extiende el fotoprotector.
– Usa protector solar con alto factor de protección (SPF50+) como Heliokos fluido solar extremo invisible FP 50 durante los primeros días de exposición solar. Es aconsejable que el fotoprotector también incluya antioxidantes como la vitamina E para prevenir el envejecimiento de la piel.
Usa protector solar cada 2 horas y de forma generosa incluso en las zonas «escondidas» como las orejas, la nuca y las ingles.
– Cuando tu piel empiece a estar bronceada, puedes utilizar un fotoprotector con el índice de protección más bajo.
– No permanezcas quieta bajo el sol. En lugar de tumbarte en la toalla durante horas (lo más seguro es que tu piel se acabe quemando) es mejor que estés en movimiento: da un paseo, juega con las palas, date un baño… y descansa a la sombra de vez en cuando para minimizar el riesgo de quemaduras.
– Aclara la piel con agua de la ducha después de cada baño. La sal del mar y el cloro de la piscina resecan la piel y dan picor por lo que conviene retirarlos rápidamente. Después de ducharte, sécate bien (sin frotar, mejor con suaves palmaditas de la toalla) porque las gotas de agua actúan como pequeñas lupas que multiplican el efecto del sol. Y, por supuesto, vuelve a aplicar de nuevo el fotoprotector en la cara y el cuerpo.
¡Ponte en acción y empieza a disfrutar ya de estos trucos de belleza para piel sensible!