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Mi pasión por la cosmética y el mundo de la estética y la belleza empezó desde muy pronto.

Con dos años ya me gustaba investigar en el bolso de mis tías, un tesoro lleno de sombras, lápices de ojos, maquillaje... y aparecer hecha un cuadro.

Mi vena empresarial también estuvo siempre presente desde mi niñez, con doce años tenía un pequeño grupo en el colegio al que dirigía en la confección de collares, pulseras, muñequitos de lana y otros artículos de artesanía.

Por aquella época vivía en Zaragoza y recuerdo perfectamente mis idas y venidas a una tienda de abalorios cercana a la calle Alfonso donde, tras largas colas, me hacía con la preciada materia prima.

Con dieciséis, un tío mío, farmacéutico de un pequeño pueblo de Zaragoza, me habló de la carrera de Farmacia y su relación con el mundo de la cosmética; en ese mismo instante decidí qué quería estudiar y qué quería ser de mayor. Volví a Tenerife, mi isla natal y me licencié en Farmacia, siempre con las miras puestas en dedicarme al mundo de la cosmética. Investigué dónde podría aprender cómo fabricar un cosmético y así fue como crucé el Atlántico y me trasladé a Barcelona.

En el último año de carrera conocí a mi novio, farmacéutico también, y le convencí para que mi sueño se convirtiera en nuestro sueño.

Fueron cuatro años llenos de actividad en los que aprendí muchísimo. La Unidad de Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Barcelona fue el lugar más frecuentado por mí durante esos años.

Allí conocí a personas que marcaron un antes y un después en mi carrera: al Dr Proserpio, profesor de la Universidad de Ferrara (Italia) y una eminencia de la química cosmética, tuve la suerte de ser su ayudante en las numerosas ocasiones que impartió diversos cursos y seminarios en Barcelona; a Teresa Alcalde, compañera de fatigas durante nuestras investigaciones en el laboratorio; y a otras muchas personas que compartieron muchas horas de trabajo y, por qué no..., de risas.

En mi mente no sólo estaba trabajar en un laboratorio de cosmética, sino el tener mi propia empresa,

así que saqué horas para aprender a dirigir una empresa y, durante dos años, realicé un Master en Dirección de Empresas Farmacéuticas donde me dieron los conocimientos para entender cómo funciona una empresa.

No me conformé sólo con eso y conseguí que me seleccionaran en Barcelona Activa, hoy un referente en el apoyo y promoción de nuevas empresas, para realizar un Máster en Marketing. Afortunadamente, el que era entonces mi novio, y hoy mi marido, me acompañó en todos los cursos, máster e investigaciones que hice. Ya se sabe, cuatro ojos ven más que dos.

En 1994 emprendimos la creación de la empresa, Laboratorios Kosei.

Al principio como algo muy pequeño y local, centrándonos en la venta en farmacias de productos cosméticos para el tratamiento de las pieles con problemas; y, hoy, somos una empresa que exporta a diferentes países y tiene varias líneas de negocio en diferentes canales de venta.

Tengo la suerte de que cada mañana cuando me levanto pienso en lo afortunada que soy por dedicarme a lo que me gusta, a mi pasión.

Mi intención no solo es poder contarte y transmitirte lo que he aprendido durante todos estos años sino que he invitado a algunos amigos para que compartieran también su sabiduría y sus experiencias contigo, porque también ellos tienen pasión por su trabajo y mucho que contar...

Espero que te guste este nuevo proyecto que acabamos de poner en marcha.