En tiempos de confinamiento por coronavirus, por mucho que hayamos desarrollado ya el hábito de cuidar nuestra piel con las mejores rutinas de belleza diarias, hay aspectos que tenemos que vigilar. Si antes uno de los agentes que amenazaban nuestra salud cutánea era la polución, ahora es la luz azul. Esa que emiten, por ejemplo, las pantallas de nuestros smartphones, que, ahora más que nunca, se convierten en una extensión de nuestras manos.
Efectos de la luz azul en la piel
En cantidad de ocasiones hemos escuchado hablar de los efectos de la luz azul en términos de actividad cerebral y descanso y somos conscientes de que la desconexión es una cura necesaria. Estos días de cuarentena, sin embargo, utilizamos sobremanera las tecnologías, ya sea para entretenernos o, sencillamente, para informarnos y satisfacer la imperante necesidad de saber cuándo vamos a salir de esta. Pero del uso al abuso hay un paso y los dermatólogos ya advierten que la luz azul puede afectar negativamente a la salud de nuestra piel. Envejecimiento, manchas y falta de hidratación son algunos de los problemas asociados al empleo excesivo de todos esos dispositivos que emiten la famosa luz azul. Pero ¿qué otros efectos nocivos se conocen?
Los dermatólogos dicen que la luz azul puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel. Resulta que esta luz causa radicales libres que degradan la unidad celular y aceleran la producción de arrugas. Ocurre además que como nuestro cuerpo es una máquina perfecta que tiende a defenderse, los melanocitos de nuestra piel aumentan la generación de melanina para combatir esa luz azul lo que se traduce en la famosa hiperpigmentación o manchas oscuras de la piel. A este aspecto hay que añadir uno más: la luz azul podría actuar sobre unas moléculas denominadas aquaporinas que están íntimamente relacionadas con el mantenimiento de la hidratación de la piel. ¿Consecuencia? Deshidratación.
Tales son los efectos negativos de la luz azul en la piel que ya en 2014 un estudio afirmó que la luz azul produce más hiperpigmentación que la luz ultravioleta. A pesar de esto, seis años después, el 19% de los españoles aún pasa de media más de cinco horas al día mirando la pantalla del móvil, según un estudio de rastreator.com. Es más, ¡más de 7,6 millones de españoles se consideran adictos a sus dispositivos!
¿Cómo proteger nuestra piel de los efectos de la luz azul?
Por suerte, la industria cosmética, que supo en su momento adaptarse a la emergencia climática, ha sabido, también en esta ocasión, responder a las necesidades de una sociedad que ha desarrollado claros hábitos tecnológicos de dependencia. Consiguientemente, el mercado pone ahora a nuestra disposición eficaces cremas que nos pueden ayudar a protegernos de los efectos de la luz azul. Es el caso de Heliokos Crema Solar Facial, nuestra crema antiedad con protección solar. Con factor de protección 50, esta crema se fabrica con y sin color para que puedas escoger la que más se ajuste a tus necesidades. Se trata de una crema de efecto mate sin alcohol y con propiedades antiedad que resulta perfecta tanto para las que quieren un efecto buena cara como para las que buscar cuidar y proteger su piel sin sentir que llevan algo puesto. Además, Heliokos Crema Solar Facial es ideal para todas aquellas personas que no quieren usar maquillaje, pero sí dar un toque de color a su rostro y uniformizar el tono de la piel Heliokos Crema Solar Facial nos ayuda a tapar y disimular las imperfecciones. Además, tiene células madre de uva y vitamina E, que proporcionan una altísima capacidad antioxidante, pues protege las células de los efectos negativos de los radicales libres, producto de la luz azul.
Puedes combinar el empleo de Heliokos Crema Solar Facial con el sérum antioxidante Stress G-Cell Stem Cells. Este booster a base de células madre de uva, resveratrol y extracto de uva también tiene una acción muy potente frente a los radicales libres y por tanto supone un escudo frente a todos los agentes externos que nos hacen envejecer de forma más rápida. Stress G-Cell Stem Cells protege del estrés oxidativo y del daño en el ADN creando un escudo protector celular. Además prolonga la juventud de la piel, promueve su reparación hasta sus niveles más profundos y la desintoxica y libera de impurezas.
